Sembrando el corazón de buenos deseos.
mayo 22, 2017 5:58 pmMetta: Sembrando el corazón de buenos deseos
“Erase una vez una linda princesa que vivía en un reino mágico. La tradición aconsejaba que era conveniente enviar a las pequeñas princesas a un colegio internas. Así que cuando su hora llegó, la princesa hizo su maleta, dijo adiós a sus padres y se dispuso a recorrer el largo camino que conducía hasta el colegio de la Sabiduría Suprema.
Este colegio era muy especial porque sabios maestros de todo el reino acudían para ofrecer sus charlas. Cuando los maestros hablaban se subían a unos tronos flotantes, llenos de joyas. Mientras los alumnos los escuchaban tumbados sobre un prado de una hierba fresca y olorosa.
El colegio de la Sabiduría Suprema era conocido por los discursos de sus profesores, y la gente viajaba desde muy lejos para poder escuchar las palabras valiosas como el oro que ofrecían los maestros. La gentil y linda princesa estaba emocionadísima cuando llegó a su colegio. Pero pronto se dio cuenta de que ella no encajaba con el resto.
Ella no hacía lo que las otras niñas hacían, ni decía lo que los niños decían. Sus amigos y sus profesores pensaron de ella, que era muy linda pero excesivamente soñadora. Sus profesores nunca la veían estudiar, y ella parecía dormir todo el día. No sabían qué hacer con ella. Así que decidieron evaluar sus conocimientos.
Los profesores le pidieron a su soñadora alumna que ofreciera una charla en el patio, subiéndose al trono de la Sabiduría Suprema. Esperaban que así, ella estudiase a fondo para no quedar mal enfrente de sus compañeros y vecinos. La princesa consintió encantada, pero no estudió nada. El día de su charla se acercaba cada vez más y sus profesores estaban muy, muy preocupados.
El gran día llegó, y la gentil y linda princesa subió al trono, que estaba reservado a los más sabios del país, y empezó a hablar. Mientras la princesa hablaba, un gentío de entre sus amigos y los vecinos, se reunieron en el patio del colegio. Allá arriba en el trono flotante, la soñadora princesa le contó a todo el mundo a cerca de la promesa que se había hecho a sí misma, para llegar a ser feliz y hacer felices a los demás. Su voz se elevó sobre la multitud y se hizo un gran silencio. Y ella dijo:
“Queridas amigas, queridos compañeros: Os quiero contar un secreto, para ser feliz, y hacer felices a los demás siembro en mi corazón buenos deseos. Y cada mañana en silencio me digo: Quiero llenar las casas de las gentes con una música dulce. Deseo que lluevan flores en los patios. Quiero pintar un arco iris en el cielo. Confío en la Vida que guardará seguros a mi familia y a mis amigos. Quiero convertirme en barquilla, o puente para ayudar a mis amigos a cruzar los ríos revueltos de la vida. Deseo ser como una cama blanda donde pueda la gente descansar cuando estén agotados. Quiero ser una lámpara para los que tienen miedo de la oscuridad. Aspiro a ser la sal y la alegría de las comidas. Deseo ser la medicina y la médico que sane al herido. Quiero ser la lámpara mágica que pueda convertir los deseos de la gente en realidad….”
Y estos son sólo algunos de los buenos deseos que la gentil, linda y soñadora princesa expresó a los que quisieron escucharla ese día.
Quiero que sembréis buenos deseos en vuestros corazones. Imagínate a ti misma siendo feliz, divirtiéndote, estando sana y segura con tu familia y tus amigos. Y ahora dite en silencio, por dentro: “Quiero ser feliz, sana y fuerte. Ojalá viva segura, en paz con mi familia y mis amigos y todos a los que amo”.
Ahora elige a un amigo que esté aquí en la sala, y silenciosamente envíale un buen deseo.
A continuación envíale un buen deseo a alguien que no esté en la sala. Por ejemplo:
“Mama quiero que seas feliz. Deseo que tus sueños se vuelvan realidad. Quiero que estés sana y fuerte. Te deseo que sientas mucho amor en tu vida. Deseo que vuelvas pronto del trabajo a casa para poder jugar juntos. Espero que sientas la paz del corazón. Quiero que estés segura siempre”
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Esta entrada fue escrita porCentro María Zambrano
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