Reflexión de la segunda sesión del taller de adolescentes

El objetivo de hoy, ser conscientes.
Cuántas veces damos por hecho las cosas más simples, tan sólo porque siempre han estado, y creemos que siempre permanecerán. Damos por hecho la cama en la que dormimos, la comida que comemos, la ropa que vestimos, incluso a ciertas personas, que nunca nos abandonan.
¿Cuántas veces nos paramos a acariciar las sábanas que nos cubren, sintiendo nuestro respirar? ¿Cuántas veces saboreamos aquello que ingerimos, observamos su forma, su textura, su olor? ¿Cuántas veces sentimos el tacto de un jersey acariciando nuestra piel? ¿Cuántas veces miramos a los ojos, sonreímos con sonrisas ajenas y agradecemos por ser afortunados?
Es esto lo que trabajamos el 2º día del taller, con diversos alimentos, reflexiones y meditación. Pasamos tanto tiempo viviendo nuestra rutina, en eterna monotonía, que, a menudo nos perdemos en días de color gris y, es ahí, cuando, si nos hacemos conscientes, si apreciamos, si sentimos, si encontramos la belleza en lo más simple, pequeño e insignificante y lo hacemos grande, podemos ser capaces de vivir de verdad.

Blanca Buendía

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Esta entrada fue escrita porCentro María Zambrano